miércoles, 7 de agosto de 2019


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INFORME ROJO


Edel y Spinoso: complicidad que repugna


* Secuestra y amenaza y le varían el delito  * Poder Judicial, un lodazal  * Namiko, ¿defensora de derechos humanos?  * ¿Y las preliberaciones de malosos?  * Itesco: catedráticos y acoso sexual  * El Negro no se raja pero sí alborota  * Celestino Ruiz, otro periodista asesinado  * Estúpida excusa del gobernador  * Fabián y su pariente huachicol


MUSSIO CARDENAS ARELLANO


Publicada en mussiocardenas.com

5 de agosto de 2019




Corrosiva, la mano de Edel lo que toca lo pudre. Así fue la alcaldía, el PRI, Montano y Alemán, el periodismo servil y hoy el Poder Judicial de Veracruz, llegando al clímax con la impunidad al clan de los Spinoso, al secuestro que perpetran y a la amenaza de muerte. Y los deja ir.

Un juez venal, invento suyo, Juan Mario Vivanco Gastélum, se arroga un atropello descomunal a la ley, maniobrando para variar un delito de secuestro agravado, imputables al ex diputado duartista Edgar Spinoso, su hermano César y su sobrino Rodrigo, a cambio de un señalamiento menor, privación ilegal de la libertad.

Ese juez, apenas investido como tal el 23 de abril, llegó con la venia de su mentor, Edel Álvarez Peña, a hacerse cargo del Juzgado de Control de Martínez de la Torre y a exhibir que su misión es que los delincuentes tengan la ley a su favor.

Edgar Spinoso había cimbrado las redes sociales, la fauna política, el mundo pestilente del duartismo, las estructuras de Morena en el poder —pasmado el gobernador Cuitláhuac García y su recua afín al nepotismo— y a la sociedad veracruzana que lo vieron fuera de sí y lo oyeron insultar y proferir amenazas de muerte al empleado de la constructora Mota Engil México.

Irascible decía —y así lo captó el video, difundido el 4 de junio— que habían llegado a un acuerdo para no afectar su propiedad y fue traicionado. Y gritaba. Y manoteaba. Y la maldecía, como si fuera la histeria fuera su estado mental. ¿O sí lo es?

Policías y empleados de la empresa —y todo aquel que observó el video en internet— lo vieron como es, prepotente y fanfarrón. Veían la del que se siente capo sentenciando a muerte. Veían al hombre trasluciendo que matar le es afín. ¿Serán traumas gestados en el multihomicidio que segó las vidas de su padre, Edgar Spinoso Corral, y sus tíos Roque y Sergio Espinoso Foglia?

Spinoso llora por la afectación de un rancho de su propiedad en Vega de Alatorre. Pierde parte del predio por la construcción de la carretera que va de La Mancha a Totomoxtle. De ahí su ira.

“Salte ahorita o vienes mañana, cabrón —le gritaba al empleado de la constructora Mota Engil—. Órele, es una puta porquería lo que me estás haciendo y me la vas a pagar tú personalmente, cabrón, ¿eh? Te amparas, hijo de puta, porque te voy a partir la madre yo, cabrón. Y hay Seguridad Pública, me vale verga. Te voy a partir tu madre, poco hombre, cabrón”.

Y siguió:

“Esos no son huevos, hijo de la chingada. Órale, salte, cabrón. Salte, yo te voy a partir tu madre y sé dónde vives, sé dónde está tu puta familia y te la voy a matar, hijo de la chingada. Y así me traigas a quien me traigas. Eres un puerco, hijo de puta, porque me pediste un tiempo, me pediste negociar. Te voy a partir la madre, cabrón”.

Y los elementos de la Fuerza Civil que atestiguaban las amenazas, ni se inmutaban.

Otro video muestra a Edgar Spinoso perpetrando el secuestro de dos empleados de la constructora Mota Engil México. Llega a las oficinas de la constructora. Exhibe un arma que porta en la mano. Lo acompañan por lo menos cuatro sujetos.

Horas después se produjo la aprehensión de su hermano César y su sobrino Rodrigo. Edgar Spinoso, como buen rajón, huyó.

Esos tampoco son huevos, como vociferaba el ex oficial mayor de la Secretaría de Educación, donde se perpetró parte del saqueo duartista a las arcas de Veracruz.

Se comportó como un puerco, como profería el ex subsecretario de Finanzas de Javier Duarte, aquel que, según testimonios judiciales, tenía el encargo de justificar contablemente los recursos extraídos del erario, sin poder cumplir su misión.

Es descaro el del juez Mario Vivanco, el protegido de Edel Álvarez Peña, que teniendo evidencia del secuestro agravado de dos empleados de la constructora Mota Engil, les varió el delito por el de privación ilegal de la libertad, con menos penalidad, favoreciendo que César y Rodrigo Spinoso puedan quedar libres bajo fianza y así enfrentar su conflicto legal.

Y Edgar Spinoso huyendo, sin huevos, como presumía tener.

Un breve análisis formulado por personal del Poder Judicial de Veracruz establece que el delito de secuestro agravado, imputado por la Fiscalía General de Veracruz, sí se acredita.

“Alrededor de las 13:30 horas los investigados se trasladaron hasta las oficinas de la empresa constructora a cargo de las obras en los predios expropiados, en donde con uso de armas de fuego tipo, cortas; privaron de la libertad a las víctimas… contra de su voluntad a bordo de un vehículo de la marca Chevrolet, tipo Suburban, color blanco, trasladándose hasta un rancho, en donde maniataron, interrogaron, golpearon y amenazaron de muerte a las víctimas. Posteriormente, durante la tarde del día 31 de mayo del 2019, obligaron a las víctimas a firmar hojas en blanco a cambio de su libertad.

“En la continuación de la audiencia, se presentaron los datos de pruebas consistentes en las entrevistas de los testigos presenciales, videos de cámaras de videovigilancia, dictámenes periciales e informes de investigación, que constituyen datos de prueba idóneo, pertinentes y suficientes para acreditar la existencia del Hechos que la ley considera constitutivo del delito de SECUESTRO AGRAVADO y la probabilidad de que los imputados CESAR N Y RODRIGO N participaron en su comisión.

“La Ley General Para Prevenir y Sancionar los delitos en Materia de Secuestro; artículos 9 y 10 de la mencionada ley, cometen el delito de SECUESTRO AGRAVADO el que privé de la libertad a otro, que la privación se efectué con el propósito de obtener para si o para otro, cualquier beneficio; que se realice por un grupo de dos o mas personas, que se realice con violencia y que se allane el inmueble en donde se encuentre la(s) víctima(s).

“Por lo que, en consecuencia como lo considero el Juez de Control que girara la orden de Aprehensión y que hiciera el análisis los hoy imputados CESAR N Y RODRIGO N en compañía de otro sujeto aun prófugo EGDAR N, de fecha treinta de mayo del año 2019; llevaron la privación de la libertad de las víctimas directas de identidad resguardada; misma que fuera realizada por 3 sujetos, que se empleó la violencia al utilizar armas de fuego y que allanaron el inmueble en donde se encontraban las víctimas; con la finalidad de obtener un beneficio, al haber exigido a las personas privadas de su libertad la firma de documentos en blanco, así como que continuaran los trabajos de la empresa y la SCT para la construcción de la autopista Cardel-Poza Rica”.

Y el juez Vivanco les facilita la fuga.

Se regodea en el atropello a la ley —y en la impunidad cínica— por tener padrino de peso mayor y madrina de poder tras el trono, Esmeralda Ixtla Domínguez, su impulsora en turno, que desde su cargo como secretaria de acuerdos del Consejo de la Judicatura, nombra jueces y los remueve, sembrando una red de intereses y el terror entre quienes ni se someten ni se dejan amedrentar.

Un poder, el Judicial, que Edel Álvarez Peña degrada y enloda con abuso de autoridad y que es rafagueado con acusaciones de corrupción, que politiza al extremo, ordenando purgas de magistrados no afines, jubilados por edad mientras convierte en jueces a desconocidos sin trayectoria o con historial sucio, y proyectando a juezas y magistradas de buen ver.

Así se pudre el Poder Judicial de Veracruz y todo lo que toca la mano rapaz de Cara de Muela, como bautizara al magistrado presidente uno de sus peones, Rolando Quevedo, director entonces de su periódico Liberal del Sur, cuando Edel Álvarez era el enemigo del Clan de la Succión, la familia Robles que lo mismo le chupa al PRI que al PRD, a Fidel Herrera, Javier Duarte y ahora a Morena.

Una fama, la de Edel Álvarez, digna de un filibustero judicial, sin carrera en las cortes, sin hazañas en los juzgados sin nadie que lo haya visto litigar, convertido en presidente magistrado del Poder Judicial por designio del panista Miguel Ángel Yunes Linares en su arribo al poder. Y hoy intentando la reelección, servil al gobernador Cuitláhuac García, protegiendo a sus aliados en el duartismo.

Y ahora facilitando la huida —y la impunidad— de Edgar Spinoso y otros secuestradores más.


Archivo muerto


¿Namiko Matsumoto, defensora de derechos humanos? ¿Y las decenas de malosos preliberados con el disimulo, silencio o complicidad de la CEDH? Decenas de malosos con condenas a 30 y 40 años, a la vista del equipo cercano a la duartista Namiko Matzumoto Benítez. Sabe todo, cada caso, Arturo Ramírez Cruz, director de Asuntos Penitenciarios de la CEDH, el personero de Namiko que pudiendo evitarlo, no lo hizo. O lo supo y accedió. ¿Qué dirá de ello, del uso de la CEDH para liberar malosos, Luis Raúl González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, defensor a ciegas de doña Namiko? Derechos Humanos en Veracruz, aliada de criminales. Ya hasta parecen colectivos. Brutal… Zenyazen en Babilonia y el Itesco es la podrida Sodoma. Hay desde acoso sexual de catedráticos a alumnas hasta catedráticas sin perfil, impreparadas, del LBGT que también incurren en desenfreno sexual. Y todos bajo la sombra del cacique sindical, Ricardo Orozco Alor. Un video muestra el hostigamiento del catedrático en los corredores del campus. Hay una fecha, la del video. Y su contenido, por aquello de los robos, anda bien custodiado en la nube. El rufián que acosa tiene nombre y rostro, y es uno de los favoritos de Orozco. De la catedrática —uff— hay fotografías y videos que dan muestra clara de su estatura moral y nadie la quiere al frente de un salón de clases. Oficios van y vienen y el alto mando de la SEV y del área de tecnológicos del gobierno de Veracruz no resuelven. Y el secretario de Educación, Zenyazen Escobar, en la babia. Vuelve el Instituto Tecnológico Superior de Coatzacoalcos a los tiempos priistas del uso electorero de alumnos y maestros, muchos de ellos hostigados sexualmente, una catedrática con preferencia hacia las chicas, usando el poder de la calificación. ¡CA-ÑÓN! Y el secretario Roberto Zenyazen Escobar García en el limbo. ¿Sabrá que significa la expresión “como una bola de nieve”?… Desbocado, contra lo que suele ser, Víctor Rodríguez Gallegos alborota la sucesión. A dos años del proceso electoral, suelta la frase que agita: “nos vemos en el 2021 en una boleta electoral”. En una boleta electoral. No dice si va por la alcaldía o una diputación federal o local, o un sitio en la lista plurinominal. Ni si es por el PRI o Morena. Habla el ex operador del ex alcalde Marcelo Montiel luego que un rumor infundado corriera en redes sociales afirmando de un altercado con este columnista, que nunca existió y sólo nos dio rating mutuo. Todo lo contrario, una charla cortés y respetuosa que irritó a sus enemigos políticos. Le siguió una declaración del también ex marcelista, Jesús Moreno Delgado, ex delegado de Tránsito, que se apunta para operar en la próxima contienda, con o sin color, con o sin partido. Ya fue candidato a la presidencia municipal de Coatzacoalcos por el PAN y no se cierra a la posibilidad de trabajar para Morena. Y Morena responde con una charada fenomenal: la regidora Eusebia Cortés y su rollo de que merece ser diputada federal. Cheba con mil esfuerzos articula si acaso un par de ideas y en la memoria de medio pueblo está presente aquel día en que orquestó un caos vehicular por los gasolinazos y la amenaza de cerrar los accesos a Coatzacoalcos. Nada de esto ocurriría si hubiera alcalde o si Rocío Nahle tuviera control político. Hay vacío de poder y con dos años anticipación ya inició la sucesión… Inerme, sin protección, Jorge Celestino Cruz Vázquez entró a la estadística como el primer periodista asesinado en el gobierno de Cuitláhuac García. De un disparo fue ultimado en La Bocanita, municipio de Actopan, Veracruz, la noche del viernes 2, luego de una serie de amenazas contra su persona, denuncias en el área judicial y una fallida y maquillada vigilancia por parte de la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno morenista de Cuitláhuac García. Mal lo cuidó la SSP. No tenía protección permanente, sólo visitas y rondines, violentando así los protocolos de protección a periodistas que son norma obligatoria para cualquier autoridad. Indigna el artero ataque y la muerte del corresponsal del periódico Gráfico de Xalapa. Y más el enredo de la Secretaría de Seguridad intentando justificar su negligencia criminal. Y peor la aberrante declaración del gobernador de Veracruz: “no se le puede asignar un policía a cada periodista”. No, por supuesto. Pero sí a quienes denuncian alguna amenaza o se detecta que por su actividad profesional hay riesgo de vida. Qué bazofia de gobernador… Y Fabián, el zar de las tiendas escolares, tiene pasado. Cuenta que entre ellos está Bartolomé Carrera, ligado al diesel marino, negocio que algunos derivaron en el huachicol —gasolina legal que tras ser mezclada con otros químicos, producía combustible adulterado— promovido por juniors y ad láteres, un Petróleo Ruiz, sirviendo por años a los Quintanilla incluido el juicio por las sentencias clonadas con las que se defraudaron a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del gobierno federal por una afectación de un predio que no pudieron acreditar su ubicación y que en realidad está medio río. Así que Dos Ríos es un fraude con el sello de estos rufianes. O sea, el zar de las tiendas escolares, un yunista al que protege el secretario de Educación de Veracruz, Zenyazen Escobar, tiene parientes con tufo a huachicol…


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