Por Rafael Arias Hernández.
El final a 144 días. Imprescindible evaluar a los que están y ya se van.
Y también, conocido el resultado electoral, hay que ocuparse
inmediatamente de la realidad. Millones y millones de personas no
pueden, ni deben ser condenados a más limitaciones y sacrificios
inhumanos, mientras unos cuantos se benefician de la desgracia
general.
Dicho de manera, simple y sencilla: el trabajo apenas empieza,
necesidades y problemas sociales exigen inmediata atención y solución.
Imprescindible contar con autoridades legítimas y eficientes. No
especialistas en beneficiarse y sacar provecho personal, familiar o de
grupo; ni los adictos a promover y apoyar escándalo, entretenimiento
mediático, distracción y simulación, con cargo al presupuesto.
Hay que fortalecer y unificar voluntades en la diversidad. Esto no lo
puede hacer solo una persona o grupo, requiere de múltiples y diversos
esfuerzos, coordinados y enfocados a objetivos comunes.
Seguridades y facilidades, a la participación ciudadana y social
permanente en todos los asuntos oficiales; misma que debe ser libre y
plural, responsable y efectiva, tanto de posiciones como de oposiciones;
tanto de gobernantes y servidores públicos, como de personas y
organizaciones en general. Prioritario propiciar la organización,
unificación y movilización de contribuciones y apoyos al esfuerzo
común.
Hasta hoy, para demasiados, lo prometido es deuda; la ley es letra
muerta ante corrupción e impunidad crecientes; y la inestabilidad social
aumenta, al fomentarse inseguridad y violencia. Ante inconformidad y
hartazgo social desatendido y en aumento, resistencia y desobediencia
civil, se fortalecen.
Insistir y señalar. El clamor generalizado es pasar del dicho al hecho.
Concretamente, hacer realidad promesas y compromisos, de
gobernantes, funcionarios y servidores públicos; evaluar
permanentemente a todos, sin excepción.
Insistir y repetir siempre, en cumplir y hacer cumplir la ley, para
autenticar una Justicia efectiva; y, desde luego, para garantizar el
ejercicio pleno de derechos y libertades, individuales y sociales.
Enseñanzas y experiencias. Conocimientos y sapiencias. Lo aprendido
ahí está, hay que aprovecharlo, no olvidarlo ni menospreciarlo, sobre
todo en la atención a las necesidades básicas, individuales y colectivas..
Saberes y vivencias, intenciones y realizaciones, teoría y práctica de
elementales lecciones que deben recordarse y aplicarse, en la afanosa e
interminable búsqueda y aplicación de soluciones, a los problemas
sociales prioritarios.
Votar es lo más sencillo y elemental. El verdadero sentido de la
participación y evaluación ciudadana y social, es realizarlas efectiva,
permanente y ampliamente, frente a toda actividad oficial o asunto
público.
POR AUTORIDADES LEGÍTIMAS Y EFICIENTES.
Indispensable fortalecer el derecho y la institución, para garantizar
legalidad y legitimidad de la autoridad constituida. Credibilidad y
confianza. Obtener sin pretextos, logros y avances.
Tener claro y presente la causalidad de lo que sucede, el por qué y sus
consecuencias. No conformarse con repetir y repetir, para pagarlas y
padecerlas.
Urge impedir ineficiencia y delincuencia gubernamental; erradicar
simulación, complicidad y continuidad de la impunidad. No más
aparentar ciudadanización. ¿Cuáles comisionados ciudadanos?
En otro sentido, debe reconocerse como autoridad, sólo si protege y
apoya, la defensa y ejercicio de derechos y libertades; si reclama, el
cumplimiento completo y puntual de responsabilidades y obligaciones.
Tener siempre presente, que cuando se viole la ley, se abuse o se
cometa una injusticia, la presencia, intervención y decisión de la
autoridad, crece en importancia y se convierte en un factor determinante
de sacrificios y perdidas (algunas irreparables), o en utilidad y beneficios
(incluyendo los ilegales).
La autoridad gubernamental es, en cualquier sociedad, clave para la
solución de conflictos y problemas; y también para garantizar la
convivencia civilizada y pacífica, así como para proteger el patrimonio e
integridad física de las personas. Por lo tanto, no es ni pueden
aceptarse ineptos y corruptos. Condenable la autoridad que permite,
alienta y hasta realiza actos delincuenciales; si apoya y fomenta, en
forma activa o pasiva, múltiples formas de ineficiencia y conducta
criminal.
En todo caso, se debe disponer de información básica para hacer
señalamientos, análisis y propuestas consistentes; y también, para
identificar y separar acierto de error, logro de pérdida, retroceso de
avance.
De ahí que se debe insistir en señalar y denunciar a quienes, desde el
gobierno impiden la transparencia y el acceso a la información pública; a
quienes simulan o distorsionan la rendición de cuentas, la fiscalización y
la evaluación social de las actividades gubernamentales,
Impostergable erradicar opacidad e imponer evaluación social, a todos.
Mucho por hacer, corregir o consolidar, que exige un mayor esfuerzo
individual y colectivo.
En Veracruz, perseverar, insistir y preguntar. ¿De qué tamaño es el daño
recibido y cuál es ya, el acumulado por el gobierno actual? ¿A cuánto
asciende el total-total de deuda pública estatal y municipal? ¿Dónde
están los miles de millones de pesos presupuestados y desaparecidos?
¿Y los resultados de la entrega recepción? ¿Cuántos despedidos y
nuevos contratados van? ¿Renovar o autorizar más concesiones y
privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál es el costo de la
reestructuración de la deuda? ¿Es obligatorio sostener a funcionarios
ineptos o mediocres con ofensivos supe sueldos y beneficios
especiales?
Determinante valorar a toda autoridad, en todo tiempo y lugar, para exigir
que funcione bien y que garantice representatividad y legitimidad,
participación y evaluación social.
Más, cuando no se imparte justicia eficaz ni oportuna. Cuando la
aplicación de la ley es negada o simulada, condicionada y favorecida,
negociada y distorsionada, ya que entonces se estimula y alienta
desconfianza e inconformidad, convirtiéndose en multiplicador de
problemas y conflictos sociales.
En este contexto no es extraño encontrar que se afirme, que la
delincuencia activa empieza con la comisión y la complicidad
gubernamental; que la pasiva, con la omisión, el disimulo y el dejar
hacer, de la burocracia en general; y que, lo que más alienta el crimen
organizado o desorganizado, espontaneo o improvisado, es el
desinterés personal y la indiferencia social, la desidia ciudadana, el
abandono político y la insensibilidad de los medios de comunicación
que, a conveniencia, callan o no informan, oportuna y objetivamente, o
que deforman y desinforman intencionalmente.
Seamos responsables, de gobernar al gobierno.
-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR DEJAR TU COMENTARIO.