Por Eva Varona
1 abril de 2019
El día que tenemos entre nuestras manos la atención mundial es ahora.
El día que tenemos el arma más poderosa que ha creado la humanidad es hoy.
Alguna vez nos hemos cuestionado… ¿Cuántas vidas han sido tomadas por circunstancias como esta donde, al ser sentenciado en la hoguera de la cruel pero “siempre justa” opinión pública de las redes sociales…todo se acaba?
Esta mañana la noticia ha conmocionado sobre todo al mundo del espectáculo y la literatura.
Armando Vega Gil quien fuera el bajista y fundador del grupo Botellita de Jerez ha tomado la decisión de suicidarse.
Y para ironía del destino, la noticia fue todo un espectáculo, pues él mismo publicó en sus redes sociales una carta, donde anuncia que se quitaría la vida por decisión propia o sea…si cabe señalarlo así: “Voluntariamente”.
Sin embargo la carta revela las circunstancias que lo orillaron a tomar esa decisión; pues confirma que a través de una denuncia anónima en la cuenta de Twitter; @MeetoMusicosMexicanos una chica lo acusa de haber sido abusada por él cuando ella tenía 13 años.
A lo que según en su carta; el músico y escritor niega categóricamente que eso haya sucedido, pero que en conocimiento de saber lo que sucederá a partir de ese momento como figura pública, toma la decisión de proteger a su hijo y familiares de lo que seguramente será un linchamiento público a través de las redes sociales.
Esto es a grades rasgos lo que expresa en su carta, misma que pongo en esta publicación intacta para su consulta.
Ahora bien; los comentarios en redes sociales no se hicieron esperar, cabe señalar que alrededor del medio día la cuenta de @MeeTooMusicosMexicanos fue dada de baja.
¿Podemos ante estas circunstancias señalar un culpable o un ganador?
Por supuesto que no y sin embargo, leyendo los comentarios que se publican en redes sociales sobre este suceso, pareciera que no terminamos de aprender que esas plataformas son el instrumento más poderoso del mundo que ahora tenemos a nuestra disposición las 24 horas del día.
¿Por qué perdemos?
Porque a medida de que esta acción podría deslegitimar movimientos y organizaciones que por años han luchado por el espacio y el peso necesario para combatir actos de violencia y abuso como en el caso (de comprobarse) de esta chica; que sin duda, puede representar a miles más que no son denunciados y que cuyas vidas fueron destruidas inexorablemente.
Nadie gana porque el feminismo que iba ganando terreno y notoriedad, ahora puede ser tachado de movimientos radicales y peligrosos.
Antes de esto un paréntesis; pues declarándome feminista por años, también debo hacer notar que algo de esta causa se ha perdido; el objetivo de hacer conciencia entre nosotras y entre la sociedad misma, se han “deformado” en ciertos sectores que se la pasan peleando y denigrando a los hombres, sí a todos, ofendiéndolos y atacándolos sin piedad.
¿Y saben qué es lo más triste?; que muchos hombres también crean legiones de odio desmedido hacia las mujeres que publican las ofensa más denigrantes y sexistas.
Pude notar que el caso de Vega Gil, se desataron un sin fin de comentarios ofensivos que no solo nos denigra como sociedad, sino que lo único que se gana es crear más odio y resentimiento.
¿Por qué perdemos?
Porque también vemos a la acción del suicidio como una salida fácil; hablar del mismo no es ninguna broma y hasta en lo personal respeto que esta decisión sea libre cuando la vida humana corre peligro.
Pero debo confesar que esa duda corrió por mi mente: ¿Es mejor suicidarse que luchar por difamación y esclarecer las acusaciones?
Se me hace un acto de gran incongruencia querer proteger a tu hijo de un “mal momento” con un acto en el que prefieres desaparecer que demostrar (de ser cierto) tu inocencia.
Esto es lo que me preocupa, que muchos…miles de sus seguidores, sobre todos chavos, quieran en algún futuro seguir su ejemplo y quitarse la vida antes de luchar por su verdad.
Hay una realidad comprobada; el suicidio es un acto que se relaciona con graves problemas emocionales y psicológicos.
Y aún hay algo que debemos considerar y por muy feminista que yo sea, en algún momento tuve que ver la otra cara de moneda cuando movimientos como Meeto, que tienen su origen como un instrumento sumamente necesario y ha ayudado a muchas mujeres violentadas, son usadas con malas intensiones a través de “Denuncias anónimas” que terminan aprovechándose de su causa para generar algún tipo de daño…esto es real y existe; tristemente.
Así que ahora también nos enfrentamos ante ningún rostro ni nombre que son “las denuncias anónimas” ; háganse esta pregunta:
¿Podría ser que dicha denunciante no existiera?
Tal vez.
Pero lo que sí debemos no olvidar nunca que estos casos sí existen; sí hay chicas y niñas que han sido abusadas y acosadas.
¿Y ante todo este panorama podría haber un ganador?
Sorprendentemente creo que sí.
Aunque tal vez sea un avance muy ligero; no dudo que al menos algunos usuarios de redes sociales, comienzan a generar cierta conciencia del poder que tienen en sus manos y la capacidad de poder ejercerlo con responsabilidad.
Pareciera un discurso trillado y hasta obsoleto; pero es verdad, cada día más nos hacemos conscientes del poder de nuestras palabras y que las bondades que nos otorgan las redes sociales son también una enorme responsabilidad.
Estamos ante una nueva realidad vista desde muchas plataformas , hoy día la información circula a pasos agigantados, sin filtros; por ello creo que situaciones como estas deben ayudarnos como sociedad mediatizada a analizar la complejidad en la información que circula, a tratar de detectar las directrices y matices en las que se desenvuelven.
@LaVaronita
@LaGazetatv
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