Por: Eva Varona
En esta pandemia el uso de las nuevas tecnologías y sus respectivas plataformas; han descubierto que :
¡Todos somos generadores de contenido!
Dios nos libre…
Ahora todos tienen sus propios programas, sus propios canales, sus propios “medios de comunicación”, su propio público, su propia ecología mediática donde ya no el fuerte se come al débil sino todo lo contrario; los grandes medios de comunicación “tradicionales” han terminado por sucumbir a este mundo virtual.
A más de 100 días de confinamiento en México se ha manifestado toda una ola de transformación mediática; muy estimulante si me permiten decirlo aunque para muchos otros es poco menos que decepcionante darse cuenta que ahora todos, profesionales o no, estamos al mismo nivel, en los mismos canales y en las mismas plataformas.
Este panorama puede ser un poco desalentador, con muchas dosis de frustración y hasta de enojo.
Ver personajes virales sin ninguna formación profesional ni respeto hacia los cánones periodísticos tener plataformas llenas de seguidores y espectadores; un público que los sigue, les cree y hasta los defiende, ha tenido que prender el foco rojo de la profesión periodística en todas sus áreas.
Muchos de mis colegas se sienten así y debo confesar con toda humildad que efectivamente también yo…pero hace más de 10 años.
Con el tiempo aprendí que es un proceso que solo tiene la solución con dos opciones:
1.- Aceptarlo y trabajar en tu propuesta con contenido de calidad aunque sea poco viral.
2.- Aceptarlo y convertirte en esos personajes que buscan la viralidad a toda costa, aunque sus contenidos sean más bien populares.
Ser periodista o Influencer…
Parece extraño pero a estas alturas parecería no importar; pero como sociedad poco a poco estamos aprendiendo a distinguir entre esas facetas que si bien transitan en el mismo camino, al final terminan avalándose por el contenido que generan.
Así es mis colegas; les dejo un aliciente ante ese mar de frustración que seguramente muchos experimentamos y que en lo personal siempre me ha animado a continuar:
“La popularidad es efímera”
Hoy la realidad supera a todo y todos los panoramas que creímos posibles en el mundo de la comunicación:
“Todos estamos creando y consumiendo continuamente contenidos audiovisuales”
Si antes de la pandemia, la media común era estar pegados al dispositivo móvil seis horas al día; ahora esa cifra se ha triplicado.
Las afectaciones hacia el gremio periodístico fueron directas y contundentes; no puedo decir que perjudiciales sino todo lo contrario.
Si bien el ejercicio periodístico se estaba transformando en una multifuncionalidad para algún sector; sobre todos para reporteros en trabajo de campo así como de un sector juvenil, donde la misma persona debía tener la función de reportero, camarógrafo, fotógrafo, entrevistador y todo eso mientras al mismo tiempo transmitías en vivo o bien grababas el material para luego editarlo y publicarlo en sus plataformas.
Cinco funciones o más en una sola persona que han agotado al gremio sin duda.
Ahora las circunstancias obliga a los comunicadores sin importar la fuente que cubran a dar el salto a la digitalización de sus contenidos y en cuanto a su ejercicio periodístico volverse multifunción no es una opción sino una obligación, si es que quieren subsistir y conservar sus trabajos.
La única diferencia es que ahora la multifunción se hace desde casa.
Debo reconocer que al obligar a muchos profesionales de la comunicación a usar estas plataformas para difundir sus trabajos los beneficia enormemente; pues en estos momentos el mundo virtual los coloca al nivel que muchos creadores amateurs que no son profesionales sino que más bien son “expertos” en el uso de estas herramientas, encontrándose ante una lucha encarnizada no por un espacio, sino por la viralización, por el público.
Ante este panorama el ejercicio del periodismo se ha transformado para siempre.
Como creadores y como consumidores de contenidos, nos hemos tenido que adaptar incluso a nuevas áreas visuales con las multipantallas; que desde ahora y siempre estarán presentes no solo en el ámbito informativo, sino también en las áreas de educación, laboral y hasta familiar.
Esta adaptación de la comunicación y de los comunicadores apenas se está manifestando; no puedo evitar estar emocionada ante la cantidad de contenido que se avecina, ejemplos de nuestro paso por la era digital en tiempos de la pandemia.
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