jueves, 23 de noviembre de 2017

APUNTES

Manuel Rosete Chávez

“¿En qué se parecen Carolina Gudiño a Miguel Alemán?

En que ambos han escrito más libros de los que han leído”

Lorenzo Lazo

Duarte como el Chupacabras

En buena parte, qué bueno que Patricio Chirinos Calero, por su impedimento para hablar de corridito, decidió llevar el documento de su primer informe de gobierno al Congreso Local para que, después, los que no eran tartamudos, sus colaboradores,
se presentaran a explicar a los diputados locales qué es lo que tenía que informar a esa soberanía y al pueblo de Veracruz de un año de quehacer gubernamental.

Con eso se puso fin a lo que llamábamos “el día del gobernador”. Unas fastuosas ceremonias con invitados especiales de todas partes, políticos de primer nivel que venían a sumarse a la cauda de aplaudidores quienes, además, iban al Palacio de Gobierno a felicitar de mano al gobernante por su extraordinario informe de labores. Los medios impresos se daban vuelo publicando planas y planas de felicitaciones al gobernante informador y con eso hacían el cochinito para la Navidad. Al final, todo salía de los bolsillos del contribuyente, de todos nosotros.

Por eso decimos que fue bueno cambiar el formato y acabar de tajo con esa innecesaria ceremonia, costosa y que restaba tiempo a todos.

Pero surgió un problema, el de los funcionarios que, por miedo o porque tenían pecadillos que esconder, le sacaban a la comparecencia. Comenzaron por enviar gente de confianza a dialogar con los diputados para pedirles clemencia, a suplicarles que no se les fuera a pasar la mano a la hora de las preguntas. Luego ellos mismos organizaban comilonas días previos a la comparecencia y ahí pedían el favor, ya entrados en copetines todo mundo se comprometía con el funcionario y a la hora de estar frente a frente todo era cordialidad y buenas maneras.

El asunto posiblemente tomó otros rumbos cuando hubo diputados, de esos que hoy abundan, sobre todo del PAN, gandallas que no aceptaban la cortesía de la visita ni la invitación a la comida, sí en cambio recibían su “paquetito” y la tarjeta con las preguntas que debería formular, no más. Los funcionarios comenzaron a comprar silencio y conciencias en el congreso.

Sorpresas que nos llevábamos los periodistas cuando días antes de la comparecencia de un funcionario, los diputados amenazaban con cuestionar, con mucha severidad al titular de una dependencia sobre temas específicos que además a la opinión pública le interesaban. El día llegaba, la comparecencia comenzaba, transcurrían las horas y el o los diputados nada de nada, terminaban por no preguntar y punto… Los maiceaban bien, diría AMLO.

Total que lo que pudo ser una buena práctica con resultados altamente positivos para los veracruzanos, terminó en triste negocio de corruptos; de ahí que se comenzara a pedir un nuevo formato para estas presentaciones de los funcionarios públicos luego de la entrega del ejemplar del informe por cuenta del gobernante en turno.

Y pues, no, al parecer a la actual administración, la del cambio, incluyendo legislatura que es un apéndice del ejecutivo, le resultó muy cómodo dejar el formato como estaba y, vámonos, a sostener esos duelos de mentiras. Total no hay nada que informar porque no han hecho nada, luego entonces, para qué demonios buscarle: la transparencia y la rendición de cuentas pueden esperar, lo importante es no hacer olas, todos trepados en el discurso de “Duarte tiene la culpa” y a seguir. Por eso es que hemos estado viendo y escuchando de los servidores públicos puras lamentaciones, largas listas de irregularidades que encontraron al asumir sus responsabilidades, las cuales –según ellos– les han impedido avanzar, primero hay que ordenar para luego comenzar. A ver cuándo porque ya les queda menos de la mitad de tiempo.

Julen hace recuento de daños

Un ejemplo de lo que comentamos en el bloque anterior es la presentación ante el Congreso Local del secretario de Infraestructura y Obra Pública (SIOP), del gobierno estatal, Julen Rementería del Puerto, fuerte aspirante del PAN a la gubernatura del estado y al Senado de la República. Don Julen, además de revelar que cuando asumió el cargo lo hizo con un amparo ya que tenía orden de aprehensión, comentó, se quejó, de que la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública operaba en desorden administrativo, con mil expedientes abiertos, obras sin contrato, lo que limitaba el poder concluirlas, y no había proyectos ejecutivos.

Se quejó del “Chupacabras Duarte” al asegurar que la dependencia a su cargo mantenía adeudos hasta con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Teléfonos de México (Telmex), por lo que durante un mes y medio no contaron con servicio telefónico. Se quejó también de que de las 596 unidades de maquinaria con la que cuenta la SIOP, 68 están en condiciones de trabajo; 180 unidades están por recuperar y 384 están para baja administrativa por ser ya material ferroso.

“A pesar de que se hablaba de que existía mucha maquinaria –comentó Julen– no se tiene constancia de ello y algunas las han recuperado, incluso, en otras entidades federativas a las que se entregó en comodato, “se nos entregó en una precariedad total”.

Sobre los recursos del Fonden, mencionó que hay obras pendientes del 2010, y eso generó 2 mil 714 expedientes de obras sin concluir, sin embargo, ya se retomaron los trabajos de reconstrucción. Y al referirse a las acciones que ha realizado, expuso que se han aplicado 2 mil 354 millones de pesos en 128 acciones de infraestructura y obra pública… En fin, puras lamentaciones. Y pasarán los años, si el PAN se conserva en el poder lo que vemos muy difícil, y seguirán justificando sus ineficiencias o cubriendo sus atracos con la leyenda de Duarte.

De filtraciones y babosadas

Hace un mes, más o menos, nos llegó un correo en el que se nos advertía sobre las intenciones del gobierno del estado de “filtrar” documentos falsos, a los comunicadores, particularmente los columnistas, con la finalidad de que los retomaran, los publicaran y después exhibirlos como mentirosos, todo con el afán de desacreditar el oficio y a quienes lo practicamos.

En nuestro caso, enderezamos las antenas y con la ayuda de un detector hemos desechado mucho material de ese. Sin embargo, vemos que otros personajes que publican ¿columnas?, de comentario político, han caído vilmente en estas trampas; por ejemplo, hace unos días filtraron una supuesta lista de candidatos de Morena a las diputaciones locales y federales, así como al Senado de la República, y ¡sopas! No faltó ingenuo que la tomó en serio y que la replica como la gran ¡exclusiva! El mismo día en que apareció el escrito, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, dirigente estatal de Morena, en conferencia de prensa aclaró que la lista era falsa y que la habían filtrado de las entrañas del gobierno.

Otro escrito que filtraron fue una columna completita, de la autoría del periodista poblano Mario Alberto Mejía, director del periódico 24 Horas, y otro cayó; un colega retomó el texto íntegro, le puso su nombre, como hacía Benjamín Domínguez Olmos a los boletines oficiales, y que la publica. Ayer lo hicieron con una carta, supuestamente redactada por periodistas veracruzanos, en la que exigen la expulsión de la diputada Tanya Carola Viveros Cházaro de Morena, por ser una “golpeadora profesional”, la cual no tiene una sola firma. Por poco la signan varios colegas… Y en fin que hay que tener mucho cuidado con estas perversidades que salen con todo el sello de la casa.

REFLEXIÓN

Hipólito Rodríguez Herrero, alcalde electo de Xalapa con el respaldo del partido político Morena, se dispone a sentarse en un barril de pólvora. De palacio de Gobierno le tienden la cama para que, desde el primer minuto del primer día del 2018 tenga gente protestando frente a palacio municipal. Y los xalapeños, ¿qué culpa tenemos? Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx formatosiete@gmail.com www.formato7.com/columnistas

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