· Para propiciar alternativas mejores en términos de las relaciones de género, afirmó el investigador Erick Galán
Paola Cortés Pérez
Erick Alfonso Galán Castro, investigador adscrito al Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV), aseguró que en la actualidad la sociedad es más sensible ante los casos de violencia contra las mujeres.
Comentó que desde hace varias décadas se presenta un proceso de violencia contra este sector que no era visibilizado, pero en años recientes la opinión pública ha cambiado y se ha vuelto más sensible a este tema.
“Todas las luchas en términos de derechos humanos y la victimización de la violencia nos han hecho sensibles en función del problema. Sí creo que somos una sociedad más sensible ante este tema.”
Además, señaló que la existencia de marcos legales para tipificar la violencia hacia las mujeres, la desaparición y el feminicidio, también ha colaborado no sólo en visibilizar dicha problemática, también en castigarla.
“Esto nos ha ayudado a pensar y ver este tipo de problemas, creo que en ese sentido sí ha habido ciertos avances en función del combate a la violencia contra las mujeres, pero lo cierto es que falta mucho por hacer.”
Con referencia al argumento de que la mujer es la causante de la violencia, al educar a hombres violentos, el joven investigador dijo que se trata de un problema que está estructuralmente muy arraigado a las relaciones
entre los seres humanos que conforman la sociedad, por lo tanto todos estamos involucrados y somos responsables de esta situación.
“Pienso en que es un problema de carácter relacional, es decir, es un tema inherente a los vínculos sociales; en ese sentido, no sólo es problema del hombre y/o de la mujer, ya que hay ciertos procesos y formas de producción social en los que esta violencia se enseña, se tolera y se ejerce.”
Sobre mecanismos y estrategias para revertir esta situación, Galán Castro consideró que la sensibilización sobre el tema no sólo debe abordarse en el seno familiar, también se debe pensar en otros espacios como los planteles educativos, los círculos de amistades, el ámbito laboral, incluso la política.
En este último apartado, enfatizó que acabar con la violencia de género o propiciar la equidad de género significa otorgar más o menos posiciones a determinados grupos sociales, esto sólo ha sido una ilusión.
“Tenemos que cambiar elementos de nivel ideológico, de perspectivas culturales, porque ceder más espacios políticos no significa que se eliminará la violencia.”
Para revertir esta problemática social los hombres tienen que empezar por poner en crisis la forma en que han sido educados, echar abajo esa imagen masculina que ha sido heredada por generaciones y que consiste en: aguantar su sentir, no expresar emociones, conducirse a partir de la violencia, tratar de sobresalir siempre, ocupar la esfera pública, entre otras características.
“Para empezar, debemos cuestionarnos esta parte como hombres y otra importante es plantear la crítica a estos otros problemas que son parte del ejercicio del poder, que es esa cesión de espacios para controlar el descontento, sin que exista una transformación del ejercicio propio del poder democrático.”
Por último, reiteró que debe ponerse en crisis toda la estructura social para generar alternativas mejores en términos de las relaciones de género.
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