Por: Mtra. Salma Mújica Zavala
No hay nada para nadie, en un reñido
encuentro entre el candidato del Sistema José Antonio Meade Kuribreña y Andrés Manuel López Obrador, donde este último se juega su última
batalla por la presidencia de la república, así como Ricardo Anaya que se
afianza con el Frente luego de la desbandada de dinosaurios panistas, busca meterse
al encontronazo por el primer lugar.
Pero las tendencias históricas son muy
claras y la elección presidencial normalmente se decide entre dos finalistas, siendo
así, la pregunta es ¿cuál de los tres se desinflará en los próximos meses para
dar paso a otro?
Contra todos los pronósticos Andrés
Manuel López Obrador lidera todas las encuestas efectivas, mientras que el
arranque electoral se torna frío y desdibujado del sentir ciudadano, las
alianzas no han impactado como se pensaba, porque el pueblo ha perdido el
orgullo partidista tal que el voto duro sea quebrantado de forma fatal para
todos y las candidaturas independientes tampoco son opción, simplemente no han
prosperado.
Es así como el panorama político
nacional se visualizará en los próximos meses con sólo dos fuerzas
significativas en el campo de batalla.
López Obrador será de nuevo uno de los
finalistas. El segundo lugar con miras a derribar el primero, se lo jugarán dos
fuerzas que, aunque desgastadas pues ya han sido gobierno le echaran toda la
carne al asador.
El PAN resultó dañado tras sus dos gestiones
de guerra por la seguridad y el PRI de Peña Nieto padece los niveles de
reprobación más altos en la historia reciente de México. Estas las principales
razones, por las que las personas se preguntan si no ha llegado el momento de
ofrecer una oportunidad a la otra alternativa, la de izquierda.
Por lo que dejaremos ver una cargada
masiva de “todos contra AMLO” como corresponde al hecho de ser líder en las
encuestas, pero también un golpeteo brutal entre Meade y Anaya para asegurarse
de que sea el otro el que se desinfle, y ya lo estamos viendo con las recientes
declaraciones del abanderado del PAN sobre el caso Duarte como el lastre del
PRI.
Por su parte la Izquierda, aunque con
gran aceptación en la figura de AMLO, Morena tiene el reto ser un fundado hace
cuatro años, en todo el territorio, por lo que López Obrador reitera cada vez
que puede el que la protección del voto va a ser el gran reto de la elección,
por tal sus discursos del interés de hacer una gran alianza con la sociedad
civil para que todos salgan a defender la elección, pues sabe que probablemente
su estructura política no le va alcanzar.
Ante este panorama político, habrá que
ver quien libra la batalla fatal por la presidencia de la república con muchos
lobos que estaban dormidos y poco a poco irán despertando para irse a la
cargada y marcar la diferencia, principalmente en Veracruz, por que recuerden
que en política ¡no hay político muerto!
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