Por Rafael Arias Hernández.
109 días y adiós al privilegio de gobernar. Inevitables, persisten las obligaciones de informar, rendir cuentas, ser evaluados y comparecer ante la Justicia, como responsables y culpables.
Primordial reconciliar y reorganizar en la libertad y pluralidad, para aprovechar la oportunidad de, en verdad, cambiar. Hacerlo no significa permitir, fomentar o aprobar ineficiencia y delincuencia; uso y abuso de las instituciones; saqueo y apropiación de recursos y patrimonio públicos, para fines personales, familiares o de grupo.
En los gobiernos, como el de Veracruz, abundan cómplices, socios o comparsas; incluso, contradictoriamente, en órganos de control y fiscalización, como SEFIPLAN, ORFIS y Contraloría General, abundan conocidos expertos, del “todo checa y todo cuadra”
Por años y años, casi todos, aseguran y sostienen que “no pasa nada y todo va bien”; y han aprovechado escándalo y entretenimiento mediático, al constituirse en “superhéroes” perseguidores de conocidos delincuentes encarcelados o prófugos; incluso algunos, tienen fama de provocadores del “vómito negro” o descarados “ordeñadores “ para su provecho. Todos simples fortalecedores de la continuidad de la impunidad.
¿Por qué no evaluar su desempeño y efectividad? ¿Por qué se gasta tanto y la corrupción, ineficiencia y delincuencia gubernamental sigue aumentando?
Inaceptable encubrimiento y acompañamiento a comprobados responsables y culpables, de los costosos órganos de simulación de control y fiscalización.
En fin, la problemática crece y se complica, no se resuelve sola, ni por decreto. Indispensable enfrentarla y resolverla, para alcanzar esperados resultados en seguridad, prosperidad y bienestar social. La alternancia empieza el primero de septiembre con nuevas Cámaras de Diputados y Senadores federales.
LOS QUE ESTAN Y YA SE VAN.
En menos de dos años, Veracruz pasó de la ferviente aspiración por la alternancia partidista, a la inocultable decepción y frustración general, de más de lo mismo y peor; del incumplimiento de innumerables normas, promesas y compromisos, a la recurrente y desgastada simulación, con sus innumerables distractores y entretenimientos; y lo que es peor, muchos de los que están y ya se van, han caído y están entretenidos en la manipulación arbitraria de algunas atribuciones y obligaciones, con clara y evidente intención de obstruir e impedir, de sabotear y afectar, la inminente transición y cambio de gobierno.
Conocida y desesperada actitud de pretender frenar, empantanar, dificultar o retardar, el inminente relevo gubernamental, para protegerse y favorecerse con la continuidad de la impunidad.
Preciso insistir, que no deben permitirse falta de información oficial y acceso libre; incompleta y superficial rendición de cuentas; y poca o nula participación y evaluación social actualizada y confiable. Tampoco apresuradas, o a destiempo, adjudicaciones, nombramientos e imposiciones al vapor, de carnales, incondicionales y abyectos. ¿Contralores internos casi eternos?
Para reanudar el esfuerzo, imprescindible saber que se intentó hacer, cuanto se ha recuperado y dónde está; también, precisión clara de oportunidades, riesgos y ventajas disponibles.
Los problemas determinantes no se resuelven, más bien crecen y se complican. Inocultable inseguridad, junto a recesión económica, desempleo, pobreza y hambre que la retroalimentan. Economía y finanzas en crisis.
¿Por qué persisten y se sostienen costosas ocurrencias y caprichos, improvisaciones y contradicciones de quienes dicen gobernar? ¿A quiénes favorecen estrategia, programas y políticas gubernamentales, caras, incompletas y aisladas?
¿Por qué no mejorar, sin extender la discusión y de inmediato pasar a la acción, en conocidos y padecidos temas de evidente contradicción entre el decir y el hacer; entre lo que establece la ley y lo que hacen funcionarios y gobernantes?
LEGISLATIVO Y JUDICIAL, ¿PODERES, AUTONOMOS Y RESPETABLES?
Discrecionalidad, contra institucionalidad. En el colmo de la incongruencia, no sólo quienes dizque gobiernan, no concuerdan lo que dicen con lo que hacen, ni con los resultados que obtienen, y tampoco con la realidad.
Al no respetar ni fortalecer el Estado de Derecho, al manipular y aprovechar a su conveniencia atribuciones y disposiciones, conferidas al cargo que temporalmente ostentan, con su desempeño incrementan debilitamiento, deformación y parálisis institucional.
En el uso y abuso, del discurso simulador tradicional, con frecuencia afirman y presumen la existencia en la ley, de una división de poderes; exaltándose la autonomía del Legislativo, así como del Judicial.
Cuando en realidad, poco o nada persiste y opera frente al tradicional autoritarismo, discrecionalidad y nepotismo; por el contrario, hasta se amenaza, ofende y presiona a sus integrantes, (diputados y jueces), cuando no están de acuerdo, o desobedecen las órdenes del gobernante?
¿Extorsionado o secuestrado, Congreso a modo?
CONTRA LA OPACIDAD
A propósito, saludo a lectores como C. Saramago, quienes preguntan si los electos Presidente de la República y Gobernador Veracruz, ¿ya se comprometieron en disminuir la deuda (con números en cuanto, o en qué porcentaje)?
A reserva de regresar a este interesante e importante tema de la creciente deuda pública, hasta donde me he enterado, no se han fijado formalmente metas cuantitativas, solo externado expresiones de, “se va a endeudar menos”, “se va a disminuir”, y hasta de “no se quiere endeudar más”.
Habría que esperar a toma de posesión, y a programas de gobierno y plan de desarrollo.
Pero por ahora , permítanme insistir, en que éste es precisamente un aspecto importante de incumplimiento de las leyes, pues quienes gobiernan ocultan, distorsionan o manipulan esta información, para facilitar sus decisiones, hacer lo que les conviene o da la gana, e incluso realizar conductas delictivas.
Contra opacidad e incapacidad gubernamental, hay que insistir y preguntar. ¿De qué tamaño es el daño recibido y cuál es ya, el acumulado por el gobierno actual? ¿A cuánto asciende el total-total de deuda pública estatal y municipal? ¿Dónde están los miles de millones de pesos presupuestados y desaparecidos? ¿Y los resultados de la entrega recepción? ¿Cuántos despedidos y nuevos contratados van? ¿Renovar o autorizar más concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál es el costo de la reestructuración de la deuda? ¿Es obligatorio sostener a funcionarios ineptos o mediocres con ofensivos supe sueldos y beneficios especiales?
Increíble pero cierto. No informan, deforman y manipulan; impiden, limitan y posponen conocimiento y evaluación pública.
-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH
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