Hay una gran diferencia entre un edificio sostenible y un edificio inteligente. Un edificio sostenible es aquel para cuya planeación se analizan y evalúan todas las condiciones de edificación, se aprovechan todos sus recursos y plantean medidas que minimicen el daño al medio ambiente; por ejemplo, a través de un diseño bioclimático en el que se utilicen sistemas pasivos de climatización natural; o que se consideren sistemas de protección solar fijos o móviles, materiales de construcción en función de sus propiedades energéticas, térmicas y lumínicas, además de los sistemas que van a propiciar el consumo eficiente de agua, etcétera. Pero si además se incluye una ingeniería de automatización que permita controlar los sistemas electrónicos y electromecánicos del edificio que hagan eficiente su operación y reduzcan el consumo de energía, entonces se estaría logrando una edificación sustentable e inteligente.
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