Manuel Rosete Chávez
“¡Karime es inocente, yo
fui culpable por encajoso!”
Tarek
Vamos bien y viene lo mejor. ¡La barbarie!
En aquel tiempo, mientras el virrey se dedicaba a cultivar un huerto que tenía a un lado de su vivienda y a coleccionar piezas de arte prehispánico, su pasión, el pueblo vivía los momentos más difíciles en su historia. Bandas de pistoleros les quitaban sus tierras,
secuestraban a los más prósperos ganaderos y empresarios, se dedicaban al robo de autos y mantenían a raya a la población, gozando de la impunidad que les procuraba un virrey irresponsable ajeno a sus obligaciones como autoridad, un burócrata que confundía el arte de gobernar con administrar a su manera los recursos de los impuestos del pueblo.
Y como antes no se había experimentado una época de terror como esa, los habitantes de la comarca maldecían el momento en que del centro les habían mandado a un gobernante como ese, como el economista Agustín Acosta Lagunes, el estudioso de una teoría económica propuesta por el británico John Maynard Keynes, basada en el estímulo de la economía en épocas de crisis.
El tío Tín, como lo llamaban cariñosamente sus más cercanos, asumió el cargo y de inmediato puso a sudar en la banca privada los recursos públicos; ahí los mantuvo tres años y, al cuarto, invirtió todo lo ganado (capital e intereses) en la construcción de una de las obras más grandes que los veracruzanos hemos tenido de un gobierno, solo que la falta de oficio político del oriundo de Paso de Ovejas, así como hermanos y parientes dedicados a delinquir, hicieron que a este tío se le incendiara el estado.
El primer error que cometió fue poner la seguridad de los veracruzanos en manos del general Mario Arturo Acosta Chaparro Escápite, un militar corrupto relacionado con altos mandos de los carteles delictivos del país, cuya vida terminó cuando fue ejecutado en las calles de la ciudad de México.
“Bamba violenta”, un extraordinario libro del periodista Luis Velázquez Rivera, plasma a la perfección este oscuro pasaje de la vida de Veracruz… Hasta entonces, el peor.
Y como es del conocimiento público, la terrible situación de violencia que se vivía en la entidad requería de los servicios de un político de mano dura, de alguien que además de saberse conducir por los caminos de la legalidad, tuviera la experiencia suficiente para combatir grupos delictivos. Ese político fue don Fernando Gutiérrez Barrios, quien antes de concluir su campaña electoral, y sin mayores estridencias, pacificó al estado. A cual más comentaba: la sola presencia de este hombre echó a correr a los malandros y no, detrás de esa pacificación hubo un fino trabajo de persecución de las pandillas delictivas que huyeron literalmente de Veracruz antes de que asumiera el poder quien los encerraría en las cárceles veracruzanas.
Gutiérrez Barrios no ofreció nada, lo hizo. Por eso es que en solo dos años de estancia al frente del gobierno de Veracruz se ganó el respeto y el cariño ciudadano.
Dante Delgado Rannauro, el mejor alumno que tuvo Gutiérrez Barrios, solo aplicó las enseñanzas de su maestro y logró mantener en calma al estado. Los cuatro años que gobernó Dante fueron de progreso, de paz y tranquilidad social, de la más grande obra material y política de que se tenga memoria. Dante no solo fue leal a quien le dio la confianza para continuar ese periodo gubernamental, no, con trabajo supo honrar a su mentor. Los hechos hablan por sí solos.
Vino el gobierno de Patricio Chirinos Calero, un político apático hacia los problemas del estado que le entregaron los Salinas para que lo administrara, no su estado, porque Patricio Chirinos es tamaulipeco, alcohólico para acabarla de joder, quien trajo como colaborador de más confianza al joven Miguel Ángel Yunes Linares, a quien habilitó como secretario general de Gobierno y desde esa dependencia fue que se gobernó Veracruz. Ciertamente, la delincuencia organizada y la desorganizada no reaparecieron en el escenario estatal, pero los grupos políticos y sociales, las organizaciones estudiantiles, los medios de comunicación, los periodistas, y todo aquel que se mostrara contrario al régimen fue víctima de persecución, de una brutal represión que marcó para siempre al chirinismo encarnado en su secretario de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares.
Con Miguel Alemán Velasco, el gobernador de lujo, Veracruz ni avanzó ni retrocedió, se mantuvo en su estatus. Y narran los historiadores y cronistas que es ahí donde se vuelve a sentir la presencia de bandas de la delincuencia organizada, con Albino Quintero Meraz, “El Beto”, recientemente liberado, y la aparición de los Zetas en Martínez de la Torre, quienes extendieron sus tentáculos hacia todo Costa Esmeralda hasta La Antigua. Y tristemente, hasta hoy, llegaron para quedarse.
Fidel Herrera Beltrán negocia no con uno, con dos cárteles, su permanencia en el estado, y es en esa administración cuando la población empieza a sufrir los embates de estas bandas: se comienza a cobrar el derecho de piso; las extorsiones aparecen por todas partes, los secuestros de gente de amplias posibilidades económicas comienzan a afectar la actividad económica porque desde entonces las familias pudientes deciden emigrar cerrando sus negocios; las bandas de ladrones de autos hacen también su aparición y Veracruz pierde la tranquilidad.
Javier Duarte de Ochoa, la peor tragedia que nos pudo ocurrir a los veracruzanos, no solo dejó a las bandas delictivas operar en contra de los veracruzanos, las incentivó negociando con varios cárteles a la vez; el estado fue entregado vilmente a los más sanguinarios criminales, los funcionarios del duartismo se coludieron con los delincuentes y muchos de ellos (miembros de los cárteles) hasta se convirtieron en integrantes del gabinete gubernamental.
Esa malaria que nos cayó pensamos que terminaría con la llegada de un Miguel Ángel Yunes Linares quien, como represor y enemigo casado de Fidel Herrera y Javier Duarte, estaba obligado a combatir todo el mal que pesaba sobre nosotros. Fue, como hoy el Peje a México, la esperanza de los veracruzanos, pero… a más de diez meses de administración, los veracruzanos ya vimos que no, que fuimos víctimas de otro engaño. Hoy las historias de terror se multiplican, la inseguridad por todo el territorio veracruzano se ha convertido en la pesadilla, la
impunidad en que se ha dejado a los duartistas permite pensar en un pacto con los malandros, y la desgracia en que estamos no tiene para cuándo.
Nos equivocamos al pensar que el sexenio de Acosta Lagunes había sido el peor; el de Fidel lo superó y el de Javier Duarte más, pero lo que hoy vivimos no tiene parangón en la terrorífica historia de Veracruz… Vamos bien y viene lo mejor, decía Fidel en su cuarto informe de gobierno. Así llegamos a este punto, ¡la barbarie!.
Trabajadores exigen pago de su bono
A nuestro correo llega esta queja: “Por este medio pedidos su apoyo para la publicación de esta carta de parte de los trabajadores de gobierno, ya estamos hartos de que este gobierno represor de los trabajadores pisotee nuestros derechos laborales y las autoridades encargadas no hagan nada, siendo trabajadores de muchos años en la administración Pública y de un momento el que se dice gobernador de los Veracruzanos nos quita nuestro bono por el Día del Empleado, siendo que desde años atrás los trabajadores tanto sindical izados como de contrato tenemos derecho de esa prestación, y ahora argumenta que no hay presupuesto para el bono, cuando todos sabes del manejo de los recursos que el actual Gobierno hace de ellos y empieza con su desvió de recursos para las campañas de su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez, que desde ahora empieza hacer campaña con recurso que el papa le otorga financiado por el erario público, por eso desde esta plataforma informativa hacemos y exigimos al Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares que no se robe el dinero que por derecho nos pertenece por trabajar en la administración pública, y que muchos compañeros de las diferentes secretarias de Gobierno no se nos fue depositada. El estado no está en quiebra en quiebra nos lo hace ver el, solo ver los carros de los júnior de la secretaria de finanzas entrar y salir a la hora que gustan sin ninguna responsabilidad de trabajo, es una verdadera aberración nosotros votamos por un cambio no para bien pero fue contraproducente, muchos estamos hartos de los malos tratos que tenemos por parte de diferentes jefes de área de muchas dependencias, donde quedo las promesas de un estado seguro y contrabajo se quedó en el olvido, es ahora un estado de los más golpeados por la deficiencia y sin trabajo.
“Los trabajadores esperamos que se nos respeten nuestros derechos y tengamos la fortuna de que nuestro bono no sea ocupado para las campañas si no para que lo puedas ocupar en nuestras familias de los que en realidad trabajamos y no solo calentamos un asiento”.
REFLEXIÓN
El destacado jurisconsulto y ex subprocurador de justicia en el estado, Jorge Yunis Manzanares, opina sobre el caso de los ministeriales que intentaron secuestrar a la doctora Aracely Serralda. Si no tenían orden de aprehensión incurrieron en el delito de Abuso de Autoridad, de acuerdo al artículo 317 del Código Penal, y se hacen acreedores a una pena de entre dos y ocho años de prisión, por lo cual no alcanzan fianza. Y si la tenían, cometerían el delito de Incumplimiento de un Deber Legal, artículo 319, con una pena de uno a ocho años de prisión, y si no cabe este asunto
en ninguna de las hipótesis anteriores entonces fue un intento de secuestro… ¡Peor! Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx formatosiete@gmail.com www.formato7.com/columnistas
“¡Karime es inocente, yo
fui culpable por encajoso!”
Tarek
Vamos bien y viene lo mejor. ¡La barbarie!
En aquel tiempo, mientras el virrey se dedicaba a cultivar un huerto que tenía a un lado de su vivienda y a coleccionar piezas de arte prehispánico, su pasión, el pueblo vivía los momentos más difíciles en su historia. Bandas de pistoleros les quitaban sus tierras,
secuestraban a los más prósperos ganaderos y empresarios, se dedicaban al robo de autos y mantenían a raya a la población, gozando de la impunidad que les procuraba un virrey irresponsable ajeno a sus obligaciones como autoridad, un burócrata que confundía el arte de gobernar con administrar a su manera los recursos de los impuestos del pueblo.
Y como antes no se había experimentado una época de terror como esa, los habitantes de la comarca maldecían el momento en que del centro les habían mandado a un gobernante como ese, como el economista Agustín Acosta Lagunes, el estudioso de una teoría económica propuesta por el británico John Maynard Keynes, basada en el estímulo de la economía en épocas de crisis.
El tío Tín, como lo llamaban cariñosamente sus más cercanos, asumió el cargo y de inmediato puso a sudar en la banca privada los recursos públicos; ahí los mantuvo tres años y, al cuarto, invirtió todo lo ganado (capital e intereses) en la construcción de una de las obras más grandes que los veracruzanos hemos tenido de un gobierno, solo que la falta de oficio político del oriundo de Paso de Ovejas, así como hermanos y parientes dedicados a delinquir, hicieron que a este tío se le incendiara el estado.
El primer error que cometió fue poner la seguridad de los veracruzanos en manos del general Mario Arturo Acosta Chaparro Escápite, un militar corrupto relacionado con altos mandos de los carteles delictivos del país, cuya vida terminó cuando fue ejecutado en las calles de la ciudad de México.
“Bamba violenta”, un extraordinario libro del periodista Luis Velázquez Rivera, plasma a la perfección este oscuro pasaje de la vida de Veracruz… Hasta entonces, el peor.
Y como es del conocimiento público, la terrible situación de violencia que se vivía en la entidad requería de los servicios de un político de mano dura, de alguien que además de saberse conducir por los caminos de la legalidad, tuviera la experiencia suficiente para combatir grupos delictivos. Ese político fue don Fernando Gutiérrez Barrios, quien antes de concluir su campaña electoral, y sin mayores estridencias, pacificó al estado. A cual más comentaba: la sola presencia de este hombre echó a correr a los malandros y no, detrás de esa pacificación hubo un fino trabajo de persecución de las pandillas delictivas que huyeron literalmente de Veracruz antes de que asumiera el poder quien los encerraría en las cárceles veracruzanas.
Gutiérrez Barrios no ofreció nada, lo hizo. Por eso es que en solo dos años de estancia al frente del gobierno de Veracruz se ganó el respeto y el cariño ciudadano.
Dante Delgado Rannauro, el mejor alumno que tuvo Gutiérrez Barrios, solo aplicó las enseñanzas de su maestro y logró mantener en calma al estado. Los cuatro años que gobernó Dante fueron de progreso, de paz y tranquilidad social, de la más grande obra material y política de que se tenga memoria. Dante no solo fue leal a quien le dio la confianza para continuar ese periodo gubernamental, no, con trabajo supo honrar a su mentor. Los hechos hablan por sí solos.
Vino el gobierno de Patricio Chirinos Calero, un político apático hacia los problemas del estado que le entregaron los Salinas para que lo administrara, no su estado, porque Patricio Chirinos es tamaulipeco, alcohólico para acabarla de joder, quien trajo como colaborador de más confianza al joven Miguel Ángel Yunes Linares, a quien habilitó como secretario general de Gobierno y desde esa dependencia fue que se gobernó Veracruz. Ciertamente, la delincuencia organizada y la desorganizada no reaparecieron en el escenario estatal, pero los grupos políticos y sociales, las organizaciones estudiantiles, los medios de comunicación, los periodistas, y todo aquel que se mostrara contrario al régimen fue víctima de persecución, de una brutal represión que marcó para siempre al chirinismo encarnado en su secretario de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares.
Con Miguel Alemán Velasco, el gobernador de lujo, Veracruz ni avanzó ni retrocedió, se mantuvo en su estatus. Y narran los historiadores y cronistas que es ahí donde se vuelve a sentir la presencia de bandas de la delincuencia organizada, con Albino Quintero Meraz, “El Beto”, recientemente liberado, y la aparición de los Zetas en Martínez de la Torre, quienes extendieron sus tentáculos hacia todo Costa Esmeralda hasta La Antigua. Y tristemente, hasta hoy, llegaron para quedarse.
Fidel Herrera Beltrán negocia no con uno, con dos cárteles, su permanencia en el estado, y es en esa administración cuando la población empieza a sufrir los embates de estas bandas: se comienza a cobrar el derecho de piso; las extorsiones aparecen por todas partes, los secuestros de gente de amplias posibilidades económicas comienzan a afectar la actividad económica porque desde entonces las familias pudientes deciden emigrar cerrando sus negocios; las bandas de ladrones de autos hacen también su aparición y Veracruz pierde la tranquilidad.
Javier Duarte de Ochoa, la peor tragedia que nos pudo ocurrir a los veracruzanos, no solo dejó a las bandas delictivas operar en contra de los veracruzanos, las incentivó negociando con varios cárteles a la vez; el estado fue entregado vilmente a los más sanguinarios criminales, los funcionarios del duartismo se coludieron con los delincuentes y muchos de ellos (miembros de los cárteles) hasta se convirtieron en integrantes del gabinete gubernamental.
Esa malaria que nos cayó pensamos que terminaría con la llegada de un Miguel Ángel Yunes Linares quien, como represor y enemigo casado de Fidel Herrera y Javier Duarte, estaba obligado a combatir todo el mal que pesaba sobre nosotros. Fue, como hoy el Peje a México, la esperanza de los veracruzanos, pero… a más de diez meses de administración, los veracruzanos ya vimos que no, que fuimos víctimas de otro engaño. Hoy las historias de terror se multiplican, la inseguridad por todo el territorio veracruzano se ha convertido en la pesadilla, la
impunidad en que se ha dejado a los duartistas permite pensar en un pacto con los malandros, y la desgracia en que estamos no tiene para cuándo.
Nos equivocamos al pensar que el sexenio de Acosta Lagunes había sido el peor; el de Fidel lo superó y el de Javier Duarte más, pero lo que hoy vivimos no tiene parangón en la terrorífica historia de Veracruz… Vamos bien y viene lo mejor, decía Fidel en su cuarto informe de gobierno. Así llegamos a este punto, ¡la barbarie!.
Trabajadores exigen pago de su bono
A nuestro correo llega esta queja: “Por este medio pedidos su apoyo para la publicación de esta carta de parte de los trabajadores de gobierno, ya estamos hartos de que este gobierno represor de los trabajadores pisotee nuestros derechos laborales y las autoridades encargadas no hagan nada, siendo trabajadores de muchos años en la administración Pública y de un momento el que se dice gobernador de los Veracruzanos nos quita nuestro bono por el Día del Empleado, siendo que desde años atrás los trabajadores tanto sindical izados como de contrato tenemos derecho de esa prestación, y ahora argumenta que no hay presupuesto para el bono, cuando todos sabes del manejo de los recursos que el actual Gobierno hace de ellos y empieza con su desvió de recursos para las campañas de su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez, que desde ahora empieza hacer campaña con recurso que el papa le otorga financiado por el erario público, por eso desde esta plataforma informativa hacemos y exigimos al Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares que no se robe el dinero que por derecho nos pertenece por trabajar en la administración pública, y que muchos compañeros de las diferentes secretarias de Gobierno no se nos fue depositada. El estado no está en quiebra en quiebra nos lo hace ver el, solo ver los carros de los júnior de la secretaria de finanzas entrar y salir a la hora que gustan sin ninguna responsabilidad de trabajo, es una verdadera aberración nosotros votamos por un cambio no para bien pero fue contraproducente, muchos estamos hartos de los malos tratos que tenemos por parte de diferentes jefes de área de muchas dependencias, donde quedo las promesas de un estado seguro y contrabajo se quedó en el olvido, es ahora un estado de los más golpeados por la deficiencia y sin trabajo.
“Los trabajadores esperamos que se nos respeten nuestros derechos y tengamos la fortuna de que nuestro bono no sea ocupado para las campañas si no para que lo puedas ocupar en nuestras familias de los que en realidad trabajamos y no solo calentamos un asiento”.
REFLEXIÓN
El destacado jurisconsulto y ex subprocurador de justicia en el estado, Jorge Yunis Manzanares, opina sobre el caso de los ministeriales que intentaron secuestrar a la doctora Aracely Serralda. Si no tenían orden de aprehensión incurrieron en el delito de Abuso de Autoridad, de acuerdo al artículo 317 del Código Penal, y se hacen acreedores a una pena de entre dos y ocho años de prisión, por lo cual no alcanzan fianza. Y si la tenían, cometerían el delito de Incumplimiento de un Deber Legal, artículo 319, con una pena de uno a ocho años de prisión, y si no cabe este asunto
en ninguna de las hipótesis anteriores entonces fue un intento de secuestro… ¡Peor! Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx formatosiete@gmail.com www.formato7.com/columnistas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR DEJAR TU COMENTARIO.