viernes, 20 de octubre de 2017

Réplicas de sismos son normales e irán disminuyendo: Francisco Córdoba



· El científico dio a conocer que al momento se contabilizan más de ocho mil réplicas del sismo M 8.2, registrado en el Golfo de Tehuantepec

· La UV, a través del Observatorio Sismológico y Vulcanológico (OSV) del CCT, trabaja en un proyecto financiado por Conacyt para el estudio sísmico y tectónico de Veracruz

Claudia Peralta Vázquez


Xalapa, Ver.- Francisco Córdoba Montiel, responsable del Observatorio Sismológico y Vulcanológico (OSV) del Centro de Ciencias de la Tierra (CCT) de la Universidad Veracruzana (UV), informó que son normales las consecuentes réplicas registradas en los últimos días derivadas del sismo de magnitud 8.2 (M 8.2) del pasado 07 de septiembre, que sacudió severamente la zona del istmo de Tehuantepec, aunque paulatinamente irán disminuyendo.

Precisó que, a la fecha, han sido registradas más de ocho mil réplicas a causa de este evento y aseguró que no existe forma de determinar si un sismo producirá o no múltiples réplicas.

Sin embargo, el hecho de que el sismo de 8.2 haya producido muchas réplicas es un proceso que debe estudiarse a detalle, subrayó

Córdoba Montiel y puntualizó que desde el punto de vista estadístico es difícil que ocurra otro movimiento de tales características, regularmente ocurre uno por año o ninguno.

“Aunque estos fenómenos naturales no siguen esas reglas, hay condiciones tectónicas en la región del Pacífico para generar un evento de magnitud importante; sin embargo, es impredecible establecer la fecha en la que éste ocurriría.”

El responsable del OSV dio a conocer que actualmente la Universidad Veracruzana, a través del CCT, trabaja en un proyecto financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para el estudio sísmico y tectónico de Veracruz.

A partir de dicha investigación, se espera entender mejor este tipo de fenómenos y, en consecuencia, contribuir al desarrollo de las medidas preventivas pertinentes.

También advirtió que nos encontramos en un proceso de concienciación, donde la comunidad sismológica ha trabajado fuertemente para contrarrestar la mala información que existe y que ha circulado principalmente en las redes sociales.

“Hoy en día contamos con más información y podemos disponer de datos de alta calidad de primera mano, pero pareciera que es al revés, pues de repente surge alguien que informa que va a temblar de manera catastrófica, sin fundamento científico alguno, ocasionando una profunda inquietud en la población.”

Lo cierto es que estamos ante un fenómeno que es impredecible y que demanda su estudio de acuerdo con el contexto de tectónico de la región de interés, apuntó.

Por lo anterior, recomendó aprovechar la enseñanza de este evento en la generación y/o mejoramiento de las medidas preventivas, dado que un mejor conocimiento deberá tener impacto sobre la implementación de reglamentos de construcción para casas y edificios, que al final son los que cobran vidas humanas cuando colapsan.

Asimismo, se requiere de una mayor organización como sociedad, el ejercicio de simulacro es una poderosa herramienta para la toma de decisiones clave, saber qué hacer en el momento en que una contingencia ocurra, evacuar un edificio o identificar previamente estructuras donde estemos mejor resguardados.

Expuso que en la entidad veracruzana se deberán generar las condiciones para pensar en la expansión de la Red Sísmica del Estado de Veracruz: “Es una reflexión que nos queda en todo el país,

las redes sismológicas deben ser más amplias y tener una mayor cobertura, porque con eso podemos ser más específicos a la hora de hacer nuestros estudios e impactar en beneficio de la sociedad.”

Investigación del CCT

En entrevista realizada en las instalaciones del CCT, destacó el trabajo que este espacio de investigación desarrolla desde 2013, a través de la operación de la Red Sísmica del Estado de Veracruz en forma tripartita con el Servicio Sismológico Nacional (SSN) y la Secretaría de Protección Civil de Veracruz, la cual está conformada por un total de seis estaciones de calidad mundial instaladas a lo largo del territorio veracruzano, desde Tempoal hasta Uxpanapa.

A su vez, esta red se encuentra incorporada a la Red de Banda Ancha del Servicio Sismológico Nacional (SSN), instancia que también recibe los datos de la red veracruzana para hacer sus cálculos rutinarios, toda vez que es la fuente oficial para reportar los sismos de cualquier parte del país.

Resaltó que a pesar de que en Veracruz no tiembla tan frecuentemente como en las costas del Pacífico, el segundo y tercer sismo que más víctimas mortales produjeron durante el siglo pasado en México ocurrieron cerca de Xalapa, en 1920, y de Orizaba, en 1973, respectivamente.

Francisco Córdoba explicó que en México, un evento de la misma magnitud a la del sismo del pasado 7 de septiembre ocurrió en 1932 (M 8.2).

A diferencia del sismo de 1985, sucedido en la zona de contacto de las placas tectónicas Cocos y Norteamericana (sismo interplaca) y en consecuencia a una baja profundidad, el evento reciente del golfo de Tehuantepec se originó a una profundidad de 58 km (de acuerdo con el SSN), ubicándose en la Placa Cocos (sismo intraplaca), la cual se está “hundiendo” por debajo de la placa Norteamericana, donde se asienta la mayor parte del territorio de nuestro país.

“Es un proceso donde hay convergencia de dos placas, pero una de ellas que es más pesada, se desplaza debajo de la otra”, dijo.

Coincidentemente, el 19 de septiembre del presente año ocurrió otro evento parecido en cuanto a geometría, lugar y profundidad, pero de menor tamaño: de magnitud 7.1 (M 7.1).

El Doctor en Sismología indicó que para liberar toda la energía de un sismo de magnitud ocho se necesitan 33 sismos de siete, para uno de siete se requiere de la energía de 33 sismos de seis y así

sucesivamente, dado que se emplea una escala logarítmica, “no es pequeño el cambio de una unidad en la escala de magnitud”.

Por tanto, un sismo de seis grados es aproximadamente mil veces más pequeño que uno de ocho en cuanto a la energía que se libera.

En este sentido, para el sismo de M 8.2, sus dos réplicas más importantes -que son de M 6.1-, resultan pequeñas comparadas con el evento principal.

En cuanto a réplicas, el sismo de 1985 no produjo tantas como el del 7 de septiembre pasado y el del 19 septiembre sólo generó 39, en tanto que las del evento M 8.2 ya rebasan las ocho mil 50. “Es necesario observar que han continuado las réplicas y que paulatinamente irán decayendo en número, como parte de este proceso”.

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