¡QUÉ CALVARIO!
FRANCISCO MEDINA PALMEROS
Y qué impotencia.
Es una combinación de palabras o conceptos que brotan a botepronto en el cerebro no de uno, ni de cientos, sino de miles de trabajadores que con la aportación de sus cuotas pagan su “servicio médico” en el Instituto Mexicano del Seguro Social, que se supone deberían ser atendidos de primera, con calidad.
Dineros que por miles de millones de pesos sirven para que lo mismo médicos, que enfermeras y asistentes (los más groseros o majaderos por cierto), y casi todo el personal que labora en el Seguro Social ganen muy bien y coman con manteca ellos y sus familiares.
Pero pareciera que todos están cortados con la misma tijera, y es una constante la queja de los derechohabientes que maldicen tal servicio o actitud negativa de esa gente que ahí trabaja, y que seguramente no son todos, pero casi en su mayoría son unos prepotentes e inhumanos.
Y luego para colmo, peor tantito, esos delegados o representantes de carteras sindicales de algunas empresas fuertes que no sirven para nada, más que para ganar abultados sueldos y al doble, gracias a las cuotas de los empleados de diversas compañías y que en nada ayudan al trabajador a presionar a directivos de IMSS para que les inculquen u obliguen a su personal a cursos de relaciones humanas y buen trato para ellos, de quienes viven y gozan de buenos trabajos porque si algo caracteriza al Seguro Social es precisamente eso, ganan excelentemente bien.
Hay trabajadores que aseguran que algunos médicos y enfermeras son unas bestias para tratar a los pacientes, sobre todo cuando se trata de atenderlos en cirugías o curaciones, de ahí que hasta se les mueran en más de las ocasiones sobre el quirófano. No se tientan el corazón y más que brutos (as) son para atender a los enfermos; y si eso no bastara, agréguele que mostrando más que negligencia se hacen como “Tío Lolo” cuando familiares de los demandantes del servicio les piden o ruegan de favor que vayan a ver a sus parientes que en esos instantes requieren de observación médica o de la enfermera que le revise el suero, tome la presión arterial o cheque la temperatura.
Otra irregularidad se da con el personal del Seguro Social, lo mismo de Cardel que del puerto jarocho, por sus cercanías a esta ciudad y a donde envían a los enfermos es con el pomposo médico familiar que adoptan actitudes fuera de serie, llegando inclusive a regañar a los derechohabientes por alguna observación o petición que éste les sugiera, y ni qué decir de las dichosas asistentes, llámese de área de archivos, farmacia o cualquier otro departamento del IMSS, como urgencias también por ejemplo, groseras es poco, hombres o mujeres que muestran el cobre al tratar con la punta del pie a quien en realidad les paga, y que no es otro que el trabajador con las fuertes cuotas o deducciones que les hacen patrones a sus salarios.
Ir al IMSS se vuelve para los derechohabientes más que un suplicio, tener muchas de las veces que irse a pelear con el personal que ahí labora, toda vez que las majaderías que les hacen no son para menos, de ahí que tengan que sacar la casta jarocha y muchas de las veces hasta lanzarles recordatorios familiares a algunos pésimos empleados, que lamentablemente casi son la mayoría, “tocados por los dioses del Olimpo se sienten los mal nacidos”, espetó en tono bravo una señora afectada por el trato despótico que ha recibido ahí.
Y luego para colmo -dicen- la crisis terrible por la que atraviesa el IMSS que ni siquiera alcohol o gasas para curar tienen, y medicina a cuenta gotas la dan. Baños sanitarios sucísimos y vigilantes que ahí “cuidan” igual de léperos que quienes ahí laboran.
Derechohabientes están hartos de tal servicio y aseguran que es una gran burla el que el Presidente Enrique Peña Nieto salga en spots televisivos afirmando que es lo mejor el IMSS como institución de salud y que por camas no paran para doña Licha o quien sea, cuando es totalmente falso, toda vez que son camas y camillas precisamente las que faltan para atender a tantísimo demandante del servicio, quienes lamentan que a pesar de quitarles muchísimo dinero por tener derecho a servicio médico, éste sea deficiente, para llorar.
“Es una impotencia que sentimos por tan mal trato, que un día Dios no lo quiera alguna persona sacada de sus cabales podría cometer algún ilícito contra alguien ahí, ya que se pasan de groseros. Uno llega ahí enfermo buscando que lo atiendan, y lo primero con lo que se topa uno es con majaderías o negligencias. La verdad que rayan en la desfachatez o cinismo”. -Me aseguró un empleado de conocida empresa refresquera que ha vivido en carne propia tan negativas actitudes del personal de ese nosocomio, tanto en Cardel como el de Veracruz puerto-.
Ojala el dichoso karma no se les revire a tan malos empleados del IMSS, y con sus familias que es donde más duele.
LA ÑAPA.- Cuánta indignación por el asesinato del indigente hondureño Samuel Isaac Leymer, conocido por los cardelenses como “Pipo Sparrow y a quien policías acreditables estatales de la Secretaría de Seguridad Pública acribillaron, como quien mata a un perro. Argumentos nada creíbles sobre las dizque causas que originaron tal desenlace, pero en fin, allá el de arriba que todo lo ve.
La interrogante al respecto es ¿Y luego nos quejamos de cómo tratan a nuestros paisanos mexicanos los agentes de la Border Patrol en su ida al vecino país? Nos quejamos y exigimos trato digno a nuestros connacionales, y vea usted a nuestros flamantes jenízaros.
Y RECUERDEN: “El que no quiera ver visiones, que no salga de noche. Y al que le pique que se rasque; y al que le arda, que se sople. Escrito y publicado está”.
FRANCISCO MEDINA PALMEROS
Y qué impotencia.
Es una combinación de palabras o conceptos que brotan a botepronto en el cerebro no de uno, ni de cientos, sino de miles de trabajadores que con la aportación de sus cuotas pagan su “servicio médico” en el Instituto Mexicano del Seguro Social, que se supone deberían ser atendidos de primera, con calidad.
Dineros que por miles de millones de pesos sirven para que lo mismo médicos, que enfermeras y asistentes (los más groseros o majaderos por cierto), y casi todo el personal que labora en el Seguro Social ganen muy bien y coman con manteca ellos y sus familiares.
Pero pareciera que todos están cortados con la misma tijera, y es una constante la queja de los derechohabientes que maldicen tal servicio o actitud negativa de esa gente que ahí trabaja, y que seguramente no son todos, pero casi en su mayoría son unos prepotentes e inhumanos.
Y luego para colmo, peor tantito, esos delegados o representantes de carteras sindicales de algunas empresas fuertes que no sirven para nada, más que para ganar abultados sueldos y al doble, gracias a las cuotas de los empleados de diversas compañías y que en nada ayudan al trabajador a presionar a directivos de IMSS para que les inculquen u obliguen a su personal a cursos de relaciones humanas y buen trato para ellos, de quienes viven y gozan de buenos trabajos porque si algo caracteriza al Seguro Social es precisamente eso, ganan excelentemente bien.
Hay trabajadores que aseguran que algunos médicos y enfermeras son unas bestias para tratar a los pacientes, sobre todo cuando se trata de atenderlos en cirugías o curaciones, de ahí que hasta se les mueran en más de las ocasiones sobre el quirófano. No se tientan el corazón y más que brutos (as) son para atender a los enfermos; y si eso no bastara, agréguele que mostrando más que negligencia se hacen como “Tío Lolo” cuando familiares de los demandantes del servicio les piden o ruegan de favor que vayan a ver a sus parientes que en esos instantes requieren de observación médica o de la enfermera que le revise el suero, tome la presión arterial o cheque la temperatura.
Otra irregularidad se da con el personal del Seguro Social, lo mismo de Cardel que del puerto jarocho, por sus cercanías a esta ciudad y a donde envían a los enfermos es con el pomposo médico familiar que adoptan actitudes fuera de serie, llegando inclusive a regañar a los derechohabientes por alguna observación o petición que éste les sugiera, y ni qué decir de las dichosas asistentes, llámese de área de archivos, farmacia o cualquier otro departamento del IMSS, como urgencias también por ejemplo, groseras es poco, hombres o mujeres que muestran el cobre al tratar con la punta del pie a quien en realidad les paga, y que no es otro que el trabajador con las fuertes cuotas o deducciones que les hacen patrones a sus salarios.
Ir al IMSS se vuelve para los derechohabientes más que un suplicio, tener muchas de las veces que irse a pelear con el personal que ahí labora, toda vez que las majaderías que les hacen no son para menos, de ahí que tengan que sacar la casta jarocha y muchas de las veces hasta lanzarles recordatorios familiares a algunos pésimos empleados, que lamentablemente casi son la mayoría, “tocados por los dioses del Olimpo se sienten los mal nacidos”, espetó en tono bravo una señora afectada por el trato despótico que ha recibido ahí.
Y luego para colmo -dicen- la crisis terrible por la que atraviesa el IMSS que ni siquiera alcohol o gasas para curar tienen, y medicina a cuenta gotas la dan. Baños sanitarios sucísimos y vigilantes que ahí “cuidan” igual de léperos que quienes ahí laboran.
Derechohabientes están hartos de tal servicio y aseguran que es una gran burla el que el Presidente Enrique Peña Nieto salga en spots televisivos afirmando que es lo mejor el IMSS como institución de salud y que por camas no paran para doña Licha o quien sea, cuando es totalmente falso, toda vez que son camas y camillas precisamente las que faltan para atender a tantísimo demandante del servicio, quienes lamentan que a pesar de quitarles muchísimo dinero por tener derecho a servicio médico, éste sea deficiente, para llorar.
“Es una impotencia que sentimos por tan mal trato, que un día Dios no lo quiera alguna persona sacada de sus cabales podría cometer algún ilícito contra alguien ahí, ya que se pasan de groseros. Uno llega ahí enfermo buscando que lo atiendan, y lo primero con lo que se topa uno es con majaderías o negligencias. La verdad que rayan en la desfachatez o cinismo”. -Me aseguró un empleado de conocida empresa refresquera que ha vivido en carne propia tan negativas actitudes del personal de ese nosocomio, tanto en Cardel como el de Veracruz puerto-.
Ojala el dichoso karma no se les revire a tan malos empleados del IMSS, y con sus familias que es donde más duele.
LA ÑAPA.- Cuánta indignación por el asesinato del indigente hondureño Samuel Isaac Leymer, conocido por los cardelenses como “Pipo Sparrow y a quien policías acreditables estatales de la Secretaría de Seguridad Pública acribillaron, como quien mata a un perro. Argumentos nada creíbles sobre las dizque causas que originaron tal desenlace, pero en fin, allá el de arriba que todo lo ve.
La interrogante al respecto es ¿Y luego nos quejamos de cómo tratan a nuestros paisanos mexicanos los agentes de la Border Patrol en su ida al vecino país? Nos quejamos y exigimos trato digno a nuestros connacionales, y vea usted a nuestros flamantes jenízaros.
Y RECUERDEN: “El que no quiera ver visiones, que no salga de noche. Y al que le pique que se rasque; y al que le arda, que se sople. Escrito y publicado está”.
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