Por Rafael Arias Hernández.
A 587 días, de rescatar Veracruz; de alcanzar lo prometido en campaña; de resolver la crisis financiera; y, desde luego de cumplir y hacer cumplir la ley.
Más allá de algunos intentos sin consolidar, la realidad rebasa limitaciones e incapacidades, simulaciones y complicidades federales, estatales y municipales.
Inocultables también, múltiples rostros de la continuidad de la impunidad. Imparables fundadas y comprobadas denuncias populares, trascienden y posicionan, razones y derechos.
MORENA crece y se fortalece, al identificarse con los afectados y sacrificados de siempre. Hartazgo e inconformidad, inundan las expectativas sociales.
Esperadas y burdas reacciones de los afectados en el poder, convertidos en creadores activos de “chivos” de todas clases. Desde expiatorios, hasta incriminatorios o intimidatorios, siempre útiles y disponibles.
Así, el gran espectáculo distractor, manipulador y enajenador se ha instalado y funciona a costa de todo, para atender los deseos e intereses dominantes. ¿Y los miles de millones de pesos desaparecidos?
Sobresale el circo político electoral, de múltiples pistas, que descaradamente muestra las inconsistencias, debilidades y limitaciones del aparato de Justicia; así como los alcances de la corrupción y delincuencia, dentro y fuera de los gobiernos, por mantenerse en el poder, usar y abusar de los recursos públicos y de las atribuciones institucionales.
Posicionarse e influir, de cualquier forma, para ganar elecciones. Sobrevivir para mantenerse en libertad y gozar de los indebidos beneficios obtenidos en los cargos oficiales, es la aspiración y dedicación prioritaria. El uso y abuso de “chivos” incriminatorios, es solo parte de la función, total gran parte es con cargo al presupuesto oficial, pasado o presente.
Al mismo tiempo, vieja forma de complicidad y corrupción se intensifica y hace evidente, la de “acalambrar y ordeñar” lo que se supone se debe recuperar, registrar y transparentar.
ENDEUDADOS, POBRES, HAMBRIENTOS E INSEGUROS.
Los veracruzanos, demandan y esperan justicia verdadera, pronta y expedita; así como, no más simulación justiciera y pactos de impunidad, ni entretenimiento y manipulación de la impunidad.
Desde luego, al mismo tiempo, además exigen atención inmediata, suficiente y pertinente de las necesidades y rezagos sociales, ya que aumentan pobreza y hambre, en la inseguridad y la inconformidad. Soluciones verdaderas y efectivas, no ocultamiento y desatención de los problemas y conflictos, viejos y nuevos, que los afectan, limitan y sacrifican.
¿Pero cómo lograrlo con administración y finanzas atrapadas y sometidas a más de lo mismo? ¿Qué hacer con políticos y gobernantes, funcionarios y empleados que, salvo excepciones, solo piensan en sus intereses personales, familiares, y de grupo?
La realidad no puede ignorarse, ni ocultarse. Caro muy caro resulta pretender ignorar, minimizar o distorsionar su atención. Fácil se olvida que presente negado es futuro cancelado.
Día a día, se comprueba al Gobierno estatal, atado y empantanado, resultado de un creciente gasto sin control y una fiscalización cómplice e ineficiente.
Nada extraña que: “Una vez más la entidad veracruzana es la peor calificada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en la Cuenta Pública 2015. De los 32 estados, Veracruz ocupa el primer lugar en cuanto al Índice de Desempeño de la Gestión del Gasto Federalizado, según el informe de la ASF. Entre las entidades con peor puntaje figuran Veracruz con 58.8 puntos, Michoacán con 59.3 y Guerrero con 60.2… concluyó que entre los principales factores que influyen en la gestión del gasto federalizado se encuentran las condiciones prevalecientes en el entorno político; en la relación sociedad¬-gobierno y en la estructura de los marcos legales. Adicionalmente, las circunstancias financieras, así como las limitaciones en las capacidades técnicas y administrativas de los actores estatales y municipales, representan obstáculos para el debido aprovechamiento de los recursos del gasto…” (AGENCIAIMAGENDELGOLFO.140417)
Nada raro asegurar que para 2016 y los siguientes años, al no actuar en consecuencia, la situación será peor; entre otras razones, porque se insiste en más de lo mismo, a pesar de aceptarse que se vive y padece ya, una emergencia financiera sin precedente. Ejemplo, siguen encendidas “licuadoras y aspiradoras”.
En este contexto, entre otros aspectos, hay que insistir en el abuso de la opacidad y en la falta de diagnóstico integral y estrategia actualizada.
Exigir entrega puntual y completa de informes. Evaluar ejercicio, destino y resultado de recursos federales transferidos; pero además y en serio, la asignación y uso de los estatales y municipales. Fortalecer el control interno y la evaluación de desempeño, impulsando la participación ciudadana y social.
¿Por qué en Veracruz no se da la importancia que tiene legal y funcional, el Sistema de Evaluación de Desempeño?
*AcademicoIIESESUV@RafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH
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