viernes, 18 de agosto de 2017

PLANA MAYOR

Alcalde desbocado

Gaudencio García Rivera

Por aquí pasó la Asamblea Nacional del PRI con los anuncios ya conocidos y, sorpresivamente, insu facto, como auténtico trepador, el alcalde priista de Xalapa, Américo Zúñiga, saltó a la palestra como un erudito del intríngulis del aparato político estatal.


Si viviera el ideólogo liberal y tuxpeño, Jesús Reyes Heroles, se moriría de inmediato de un susto por las aterradoras teorías políticas del gris alcalde xalapeño, al que por cierto, su padre admiró y respeto.

Recriminado por la sociedad civil y los ciudadanos de a pie por sus suntuosas obras de "relumbrón" y chambismo-algunas calles se han abierto hoyancos, atarjeas voladas, banquetas deterioradas, anegamientos y un alumbrado pésimo-, el munícipe asumió posturas del síndrome... de Hybris y de cleptócrata:

Esta emborrachado de poder, del poder público. Actúa con doble discurso, simulación y ciertas costumbres moralinas como su exjefe y actual singular interno del Reclusorio Norte de la Ciudad de México, Javier Duarte.

No olvidemos que su carrera meteórica en el aparato político estatal fue a la sazón de su padre, el talentoso y consagrado hernandezochoista Guillermo Zúñiga Martínez y su protector, el exgóber y excónsul Fidel Herrera Beltrán –actualmente prófugo de la justicia- y ratificado por Javier Duarte.

Perteneciente al establo, dicho coloquialmente, o si se quiere más clásico a la cofradía duartista –donde el joven novel cordobés Javier se convirtió en un afamado discípulo de emperador romano Calígula y del Márquez de Sade, Américo Zúñiga carente de méritos políticos y de talacha partidista se convirtió en secretario de Despacho, diputado local y alcalde de Xalapa, gracias a la juñiorcracia.

Existen denuncias públicas y testimonios de los regidores de oposición y de la sociedad civil que entregarán de mano propia al alcalde electo de Morena, Hipólito Rodríguez, para que sean investigados los "moches" que se solicitaron en la mayoría de las obras sociales y concesiones de algunas de ellas a los sempiternos líderes sindicales, como premio a su lealtad y disciplina al munícipe.

Habría que investigar los trastupijes que hizo al amparo del poder en la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento -la caja chica del Ayuntamiento local-, donde familiares, amigos y jóvenes de la diversidad sexual se convirtieron en unos auténticos depredadores de los dineros públicos en perjuicio del erario municipal.

La próxima comuna tendrá que someter bajo la lupa los principales rubros donde se manejaron los dineros públicos federales etiquetados, pero que en la práctica se utilizaron con fines distintos para terminar la obra social del 2016.

Y sobre todo, ir más allá de los acuerdos legales con los sindicatos, donde pululan una larga lista de “aviadores” y un brutal saqueo en el Departamento de Alumbrado Público, donde el titular ha hecho un negocio lucrativo, vendiendo la dotación de lámparas a los municipios vecinos con o sin la anuencia del alcalde.

El munícipe, de alguna manera, rompió la discreción que mantenía antes de la Asamblea Nacional del tricolor, para erigirse en un estratega del acontecer político estatal, seguramente porque el senador priista y aspirante a la gubernatura de Veracruz en el 2018, José Francisco Zorrilla Yunes – su jefe-, le dio luz verde para que agite las brumosas aguas del océano político para relevar en breve a Renato Alarcón Guevara en la dirigencia estatal del PRI.

Paradójicamente, el primogénito de Guillermo Zúñiga Martínez soslayo por omisión o candidez la exigencia al bienio yunista para que les pague las participaciones federales rezagadas que les adeuda del 2016 a la mayoría de los 212 ayuntamientos del estado.

Y de colofón omitió también solicitarle al singular tlatoani destinar mayor presupuesto de los dineros ministrados por el Sistema Nacional de Seguridad Pública, que por derecho le corresponden a la comuna local pero que administra el gobierno estatal por tener a su cargo la policía municipal, para frenar el peligroso Big Bang de los delitos de alto impacto social que han impactado en los bienes e integridad de la sociedad civil de Xalapa y los 211 municipios del estado.

¡¡¡Es ahí donde hace falta la sinergia del desbocado alcalde, en lugar de echar campanas vuelo con obras de relumbrón y tramoyistas por su aguda estreches mental y con signos de corrupción!!! Comentarios a gau41@hotmail.com

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